La importancia de enseñar economía básica

7/06/2012

CARA B


  
Hace mucho tiempo que los profesores de economía de los centros educativos venimos demandando una asignatura de “Economía básica” no solo para los alumnos/as de bachillerato. Quizá ahora más que nunca.

Hace dos décadas, estudiar económicas o empresariales era para la sociedad, una carrera a la que iban “aquellos que no sabían lo que estudiar o simplemente no valían para ciencias o letras”. De todos es conocido el dicho de “el que vale, vale y el que no a empresariales”, sustituido hace unos años por “el que vale, vale y si no, a ADE”.

Sin embargo hoy, a la hora del café los bares repletos no hablan de fútbol, ni siquiera de programas del corazón. Hoy el tema es la prima de riesgo, el corralito, el caso Bankia, el FMI, los rescates y el famoso déficit. Y los jóvenes y adolescentes cuando llegan a casa siguen oyendo a sus progenitores hablar de un tema que no entienden ni del que pueden opinar. Es más, muchos padres tampoco están en condiciones de explicarles a sus hijos las cosas básicas de la economía que necesitan para “defenderse en la vida” porque nadie se lo explicó a ellos.

Así que los jóvenes empiezan a opinar de economía “en función de lo que han oído en las noticias o a la corriente ideológica afín en la familia”. Pero algunos, ávidos de curiosidad, cuando llegan al instituto, buscan al profesor de economía en el pasillo, aunque no sean alumnos suyos, y preguntan. Las guardias se convierten en improvisadas clases de economía. Los alumnos/as guardan silencio cuando les explicas de forma sencilla lo que es una libreta de ahorros, el déficit o aquella “pariente rara llamada prima de riesgo”.

Y con conceptos básicos y explicados de forma sencilla llegan a sus casas, encienden la televisión y empiezan a ver esos telediarios que antes ignoraban salvo en la sección de deportes y se encuentran opinando de forma razonada frente a unos padres atónitos. De repente sus hijos/as se han convertido en “personitas con opinión propia”, personas con las que hablar de temas económicos que les aportan visiones más innovadoras. Y reconozcámoslo, a los padres les llena de orgullo y admiración, pero también a los jóvenes que empiezan a sentirse valorados. Se ha abierto una nueva brecha de comunicación, de madurez, de análisis y de autoafirmación.

Los jóvenes han descubierto que la economía forma más parte de su vida de lo que habrían imaginado. Ahora pierden el miedo a analizar, a opinar, a criticar, siempre con argumentos basados en datos objetivos, a valorar los aspectos positivos y negativos de cada política y a desear más información.

Por todo ello, y para que no solo “unos pocos” jóvenes “jueguen con ventaja” en este mundo global y económico, creo que la formación básica en economía no debería ser un privilegio, sino un derecho fundamental. Ah! Y puesto que lo importante es el coste de las cosas, decir que a la administración le saldría “gratis”, ya que existen profesores cualificados en todos los centros.

Eduquemos en economía, en valores y todos saldremos ganando.

Fdo: Susana Álvarez
Profesora de Economía


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