ECONOMÍA
Datos y situación
El protagonista de la historia es Pablo. Fue un estudiante más y aún se puede decir que lo es. Terminó Bachillerato. Buenas notas. Muy buenas notas.
El presente estaba resuelto. Ya era pasado. Ahora, en frente, se le presentaba el incierto futuro. Un futuro difícil. Todos los futuros son difíciles. Al final se decidió por la informática. Siempre le había gustado el mundo tecnológico y en el instituto…un instituto tan analógico, el mundo de la tecnología estaba apagado.
Los estudios no le fueron mal. Aprobó todas las asignaturas menos dos en la primera convocatoria. Las notas eran bastante buenas. Estudiaba y los fines de semana los pasaba entre amigos y bares. Es decir, no perdía el tiempo, estudiaba y se lo pasaba bien. No es de las personas que se centran tanto en un ámbito que descuidan todos los demás. No, hay tiempo para todo, el caso es distribuirlo adecuadamente.
Pues bien, cuando terminó su tercer año (en una titulación de cuatro) se fue tres semanas a Alemania con un par de amigos que estudiaban la misma carrera. En tres semanas no se aprende un idioma, aunque asistió a clases, pero el país en cuestión empezó a llamarle la atención. Cuando regresó a su ciudad, cuando regresó a España, ya tenía pensado que cuando terminase los estudios se iría.
No tuvo que esperar tanto. Una beca Erasmus llamó a su puerta y el último curso lo pasó en una de esas ciudades alemanas de nombre impronunciable. Cuando terminó, y ante las noticias de España, que si crisis, que si cinco millones de parados, que si recortes, y ante las buenas perspectivas de Alemana, decidió quedarse. No se lo pensó. Decidió hacer un Master. Un año más. ¿Después? Lo tiene decidido, se quedará.
Mientras estudia está trabajando, para poder mantenerse, en una empresa de arreglo de ordenadores, impresoras… Y aunque no es lo que más le gusta… la experiencia, de momento, es muy positiva.