Me voy de España

6/04/2012

ECONOMÍA

Datos y situación


El protagonista de la historia es Pablo. Fue un estudiante más y aún se puede decir que lo es. Terminó Bachillerato. Buenas notas. Muy buenas notas.
El presente estaba resuelto. Ya era pasado. Ahora, en frente, se le presentaba el incierto futuro. Un futuro difícil. Todos los futuros son difíciles. Al final se decidió por la informática. Siempre le había gustado el mundo tecnológico y en el instituto…un instituto tan analógico, el mundo de la tecnología estaba apagado.
Los estudios no le fueron mal. Aprobó todas las asignaturas menos dos en la primera convocatoria. Las notas eran bastante buenas. Estudiaba y los fines de semana los pasaba entre amigos y bares. Es decir, no perdía el tiempo, estudiaba y se lo pasaba bien. No es de las personas que se centran tanto en un ámbito que descuidan todos los demás. No, hay tiempo para todo, el caso es distribuirlo adecuadamente.
Pues bien, cuando terminó su tercer año (en una titulación de cuatro) se fue tres semanas a Alemania con un par de amigos que estudiaban la misma carrera. En tres semanas no se aprende un idioma, aunque asistió a clases, pero el país en cuestión empezó a llamarle la atención. Cuando regresó a su ciudad, cuando regresó a España, ya tenía pensado que cuando terminase los estudios se iría.
No tuvo que esperar tanto. Una beca Erasmus llamó a su puerta y el último curso lo pasó en una de esas ciudades alemanas de nombre impronunciable. Cuando terminó, y ante las noticias de España, que si crisis, que si cinco millones de parados, que si recortes, y ante las buenas perspectivas de Alemana, decidió quedarse. No se lo pensó. Decidió hacer un Master. Un año más. ¿Después? Lo tiene decidido, se quedará.
Mientras estudia está trabajando, para poder mantenerse, en una empresa de arreglo de ordenadores, impresoras… Y aunque no es lo que más le gusta… la experiencia, de momento, es muy positiva. 




Ya estoy cansado. Me voy de esta ciudad sin presente ni futuro. Este montón de palabras es probable que estén saliendo de la boca de alguna persona en este mismo momento. La crisis económica ha llamado a la puerta de casi todos los hogares españoles. El drama del desempleo ha embestido el presente de indicativo y el futuro más inmediato de un número importante de personas. La pregunta que debemos hacernos en este análisis es, ¿está relacionada la crisis económica con la movilidad laboral?

Seis de cada diez trabajadores estaría dispuesto a cambiar de ciudad para encontrar un empleo. Cuando hablamos de movilidad laboral lo primero que se nos pasa flotando por delante es la afirmación: Me voy de España. No nos tenemos que centrar únicamente en esa frase, si no, también en la que hicimos al inicio del texto: Me voy de mi ciudad. Sí, me voy a una ciudad en donde tenga mayores posibilidades de progresar laboralmente y, por supuesto, económicamente.

Con la aparición de la crisis económica ha aumentado significativamente el número de personas que estaría dispuesta a hacer la maleta. En concreto, un 64% de los hombres haría la maleta sin dudar, mientras que el porcentaje, cuando hablamos de mujeres, se reduce al 56%. Si en lugar del sexo, tomamos la edad, hay que decir que un 62% de las personas entre 16 y 24 años estarían dispuestas a cambiar de ciudad. Si nos centramos en el bloque de 25 a 29 años, el porcentaje es mayor, un 67%. A partir de esa edad se reduce la predisposición a cambiar de ciudad. Hay que pensar que ya estamos hablando en muchos casos de familias establecidas en un lugar concreto y los vínculos han nacido sin cesar con el paso del tiempo. Entre 30 y 44 años se sitúa el porcentaje en un 54% . A partir de los 45 años, un 53% no estaría dispuesto a cambiar de ciudad. Si tomamos en cuenta el nivel de estudios, los universitarios estarían dispuestos en un 67% de los casos a cambiar de residencia. Los titulados en FP-Grado Superior en un 60%, los titulados en FP-Grado Medio en un 52% y las personas con formación básica en un 58%. Por tanto, podemos establecer relación entre el nivel de estudios y la predisposición a salir con la maleta en la mano de la ciudad. A mayor nivel de estudios, mayor disponibilidad para cambiar de residencia.

Las provincias españolas que más personas reciben buscando un futuro menos gris son: Madrid, Barcelona, y las provincias del País Vasco. A nadie le puede extrañar, ya que aunque España es un país descentralizado, la industria, el movimiento económico del mismo se ubica en lugares muy concretos y entre ellos están los citados como mayores centros de afluencia de personas.

Estamos hablando de la movilidad laboral dentro de España. Aunque ya tenemos una serie de pinceladas. ¿Cuál es el perfil medio de las personas que cambian de ciudad? Imaginemos el protagonista de la frase con la que se inició el texto. ¿Qué edad tiene? Pues menos de 45 años,  el perfil medio está entre 25 y 34 años. ¿Hombre o mujer? Es ligeramente más probable que sea hombre. ¿Qué nivel de estudios tiene? Lo más probable es que estemos hablando de una persona sin estudios o con estudios universitarios, es decir, estamos en los extremos.

Hablando de la movilidad por sectores económicos, la conclusión es que en todos, absolutamente en todos, se ha incrementado. En la agricultura es en donde más ha crecido. Un 18% de los contratos firmados han supuesto el desplazamiento del trabajador. El sector industrial, por su parte, tiene la tasa de movilidad más baja. En la única sección en donde ha aumentado la movilidad es en la industria manufacturera. En el sector de la construcción, uno de los más castigados en términos de destrucción de empleo, un 13% de los contratos firmados llevaba de la mano un cambio en el remite de las cartas del trabajador. El sector servicios, por su parte, es el que más exigencia de movilidad presenta: un 63% de los contratos que han implicado cambio de residencia proviene de este sector.

Ya hemos observado el aumento de la movilidad entre provincias, dentro del propio territorio, pero, ¿hacen más los españoles la maleta para irse al extranjero ahora que antes de la crisis? La respuesta es positiva. Desde el año 2008, el número de españoles que emigra ha aumentado en un 21,9%. El perfil es similar, aunque no idéntico,  a los españoles que cambian de ciudad dentro de España. Hablamos, en este caso, de jóvenes muy cualificados. Estas personas se montan en el tren rumbo a Alemania (aumento del 5,9%), Reino Unido (aumento del 16,4%), Suiza (aumento del 6,8%) y compra un billete de avión con destino Latinoamérica (en Ecuador el número de españoles a aumentado un 150% y en Perú un 54%).

Por lo tanto, la movilidad laboral ha aumentado en todos los sentidos. Ha crecido el número de españoles que cambia de ciudad dentro de España y también, el de aquellos que apelando a un mayor espíritu aventurero y buscando un futuro más prospero, emigran hacia el extranjero.

¿Hay similitudes entre la emigración actual y lo producida en los años 60?

Las personas que emigraban en los años 60 provenían en buena parte de zonas rurales. Ante las buenas perspectivas de empleo en el extranjero hacían la maleta y se plantaban preferiblemente en Suiza y Alemania. Los efectos positivos en forma de remesas se materializaron en los años siguientes pero los negativos no tardaron en llegar, con el regreso de los emigrantes, a partir de los años 70, en forma del aumento del desempleo y de la reducción de salarios. En la actualidad, como ya he expuesto en el texto, estamos hablando de personas que huyen de la crisis económica (podemos ver un paralelismo en función de la huida, en los 60 de la dictadura, en la actualidad de la crisis), muy cualificadas, en contraposición a los emigrantes de los años 60, con dificultad para encontrar trabajo en España y si, tienen suerte y lo consiguen, será con un salario inferior a 1000 euros. Hemos pasado de la precariedad del trabajo mileurista al ¡quien tuviera un empleo de 1000 euros!
Por lo tanto, hay bastantes diferencias entre la emigración actual a la pasada tanto en la circunstancias que la envuelven como en el perfil de los emigrantes.



Consecuencias y conclusiones

La crisis económica está devorando día tras día las perspectivas que las personas teníamos hace 5 años. Pensábamos que estudiando, formándonos, entraríamos en el mercado laboral en una situación relacionada con nuestra preparación. Han pasado 5 años y ya no es que no se relacionen las condiciones laborales con nuestra formación, no, es que ya no tenemos garantizada la entrada en el mercado laboral. La mitad de los jóvenes españoles en edad de trabajar están desempleados. Una parte importante de las personas que encuentran empleo se ubican en aquellos que nada tienen que ver con sus condiciones formativas. Por lo tanto, ¿a quién le extraña que los españoles quieran salir de una ciudad o de un país sin futuro aparente?
La movilidad en el mercado laboral es positiva en el sentido de que hace que los trabajadores se formen y ganen experiencia. La parte negativa es que una gran parte de las personas que cambian España por el extranjero, son personas preparadas y, por tanto, la pérdida de capital humano para España es importante.

Daniel Franco

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