CARA B
Bueno. Pues ya está. Hemos tirado
la toalla sobre el ring y nos hemos retirado al rincón. La UE tendrá que
prestar ayuda a España si el país quiere tener un sistema financiero en buenas
condiciones para que en el futuro, no en uno o dos meses, hoy el futuro está
pasando la frontera, pueda fluir el crédito apoyándose en la solvencia de
aquellas entidades que de tan sanas que estaban han terminado por pasearse
moribundas por los despachos europeos.
Se habla incluso de 100000
millones de euros. Una cifra escalofriante. Es el 10% del PIB del país. El
préstamo será al 3%. Aún no se conocen las condiciones. Ya somos expertos en
esta materia y probablemente dentro de una semana nos digan que no son 100000
millones, que son 150000 y que el tipo de interés al que habrá que devolver el
préstamo es al 5%. Espero que no. Y espero que las condiciones exigidas por la
UE no ahonden en la ya problemática situación de la economía española. Es
difícil. Aunque no es la misma realidad que en Irlanda, Grecia y Portugal, aún
no sabemos si habrá condicionalidad únicamente para las entidades ayudadas o
para el país en general. No sabemos si en materia fiscal la decisión tendrá
efectos. Unos dicen que si, otros dicen que no. Mientras no sepamos las cosas
con certeza es mejor quedarse en silencio.
El FROB recibirá el dinero y el
FMI estará mirando con lupa cada acción. Un árbitro ya sabíamos que habría,
¿no? Las consecuencias de esta inyección de fondos, aún no concreta (estamos a
la espera de las evaluaciones que determinen las entidades enfermas y el
montante final de la operación), será un incremento de la deuda pública. El
Estado recibirá el dinero a través del FROB y este último prestará auxilio a
aquellas entidades que lo necesiten. Lo dicho, más deuda. La carga de deuda
pública que tendremos que soportar en el futuro será intensa. Lo positivo es
que, presumiblemente, el tipo de interés de financiación será más bajo que al
que se pide dinero prestado en el mercado.
Las próximas semanas, como no,
serán muy importantes para el devenir de la situación económica. El pilar que
sostendrá el futuro próximo ya ha sido levantando. La concreción ha llegado.
Ahora queda ver el análisis de los mercados financieros, el informe de las
entidades que se encargan de auditar el sistema financiero español y la
repercusión de las elecciones griegas. La primavera terminará convulsamente y
esperemos que el verano se inicie con un horizonte claro.
La última semana ha sido
esperpéntica. Que si. Que no. Puede. Quien sabe. Ni hablar. Cada político
respondía a su manera y casi siempre de forma deshonesta. Hemos pasado una
semana metidos en un circo donde cada político era un animal. Todos dentro de
un mismo recinto y emitiendo sonidos extraños y diferentes. Pero bueno, ya ha
terminado. La semana intensa se ha destensado y siete nuevos días ya están
corriendo hacia nosotros. Vivimos de sobresalto en sobresalto. ¿No podemos
tener una semana de tranquilidad? Parece que no.
La ayuda desde Europa era
necesaria. Si el país no puede hacer frente a los 23500 millones que tiene que
inyectar a Bankia, ¿Cómo va a poder hacerlo con el resto de entidades con
problemas que salgan los próximos días en la prensa? Los mercados no están
cerrados pero ya, en la última subasta, el Tesoro ha sido precavido y ha
emitido una cantidad menor de la pensada. El tipo de interés es elevado y los
demandantes de deuda pública española se han reducido considerablemente. Por lo
tanto, un préstamo europeo al 3% es una buena opción. ¿Se tenia que haber
producido antes? Si, llegamos tarde, como casi siempre. ¿Resulta asqueroso
tener que asumir ayudas presentes a un sistema financiero que en los últimos
años se ha llenado la boca con la desregulación? También. El problema es que en
la economía actual un país sin un sistema financiero sólido, que tenga la
capacidad de conceder créditos a la economía real para llevar a cabo las
inversiones productivas y no productivas, no tendría muchas posibilidades. Lo
importante es aprender las lecciones y cuando las cosas estén bien y desde el
sistema financiero nos griten ¡Más margen, menos regulación! nosotros les
cortemos las alas con un libro de reciente historia económica.
Daniel Franco
Buen trabajo. Estoy completamente de acuerdo
ResponderEliminarPoca gente veremos hoy en día que no esté de acuerdo con esta entrada (salvo los 4 banqueros y demás representantes de los mismos, incluidos muchos politicuchos), sin embargo, estamos pisoteados por este sistema insolidario, injusto, antidemocrático y que fomenta cada día más las desigualdades sociales. El capitalismo tiene, y debe ser así, los días contados; seguir apoyando ideas ilógicas que son la base de este sistema catastrófico no es propio de una civilización avanzada. El día de mañana cuando miremos atrás y pensemos en los abusos cometidos por el capitalismo sentiremos lo mismo que cuando ahora miramos hacia los equivalentes del feudalismo. No soy antisistema, el sistema es antipersonas. Tenemos el deber de avanzar hacia un modelo sostenible, con bases lógicas, equitativo, que no condene a nadie a quedarse en el camino simplemente por haber nacido en un lugar y unas condiciones concretas; necesitamos un modelo económico para las personas humanas y no para el capital.
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