La Reforma Laboral II: Análisis personal

3/03/2012

ECONOMÍA

Empresas y mercado laboral



España está en camino de una nueva recesión económica. La variación interanual del PIB del tercer trimestre de 2011 ha sido negativa (-0,3) y las perspectivas sobre el futuro más inmediato son demasiado negras. La reforma laboral es un instrumento económico para conseguir un determinado fin. Toda reforma laboral persigue la creación de empleo. El problema que tiene en este momento España es que el desempleo ha desbordado las perspectivas de las personas más pesimistas.
Una reforma laboral, en primer lugar, debe efectuarse en un momento de expansión económica para que los efectos sean notables en el corto plazo. El problema es que ningún Gobierno se atreve a meterse en faena con estos asuntos debido al coste político de sus decisiones.

En una situación de recesión, en donde las empresas no logran sacar de sus almacenes sus stocks de productos, en donde la demanda cada días es más reducida debido al aumento de las cargas impositivas, a la disminución del gasto público y sobre todo al desempleo, en donde la confianza ha caído rodando por el suelo al nivel de los pies, a corto plazo, lo único que conseguirá esta reforma es aumentar el desempleo. ¿Por qué? Porque las empresas, PYMES en su mayoría, no tienen buenos resultados, despiden trabajadores, los trabajadores despedidos lógicamente consumen menos, al consumir menos las empresas venden aún menos, y si añadimos a este círculo vicioso un abaratamiento del despido sumado a una mayor facilidad de llevar a cabo los famosos ERES tenemos como resultado un incremento del paro en España.
El problema es que están desapareciendo empresas y la capacidad productiva del país cada día se resiente más.

Debido al cambio en cuanto a la indemnización por despido el modo más usado en el futuro se puede entender que será el de 20 días por año trabajado con un máximo de 12 mensualidades, ya que las causas para este tipo de despido son ámplias, y en época de crisis más si cabe. No hace falta incurrir en pérdidas para aplicar las condiciones del despido por causas económicas. Tampoco hace falta consenso para cambiar geográficamente a un empleado. Únicamente el empresario debe notificárselo con 15 días de antelación. Si se niega, a la calle. Y ya estaríamos hablando de nuevo de la indemnización por despido más barata. . Se deberían tener en cuenta las condiciones familiares y domésticas del empleado. El trabajador, es estas circunstancias, no tiene margen de maniobra.


La reforma laboral conducirá a una reducción de los salarios de los trabajadores debido a que los empresarios pueden establecer la rebaja unilateralmente. España, en comparación con los países referentes de Europa, posee una renta media anual inferior y estas medidas de reducciones salariales no ayudarán a que la demanda interna, a que la deprimida demanda interna, levante el vuelo. Algunos prestigiosos economistas como Paul Krugman son partidarios de la reducción de los salarios en el caso español para reducir los costes salariales y aumentar la competitividad. En su opinión, esa reducción se debería de dar paralelamente con el aumento del gasto público, con medidas de estímulo económico, situación que en la Unión Europea no se tiene como moda hoy en día.

Una característica que considero importante de la nueva reforma laboral es la pérdida de poder de los sindicatos al ganar en importancia los acuerdos empresariales sobre los convenios superiores. Este punto puede ser perjudicial para empresas con un número pequeño de trabajadores. En empresas de reducido tamaño la capacidad de negociación de los trabajadores es más limitada que en las grandes empresas En las organizaciones de mayor tamaño, los convenios de empresa si deben prevalecer sobre los superiores. Los empresarios y los trabajadores están en condiciones más igualitarias para negociar. 
Los sindicatos también pierden la exclusividad de impartir cursos de formación. La nueva Reforma Laboral establece que también los podrán impartir los centros y entidades de formación debidamente acreditados. Además, la empresa debido a los malos resultados económicos puede descolgarse del convenio. A esa característica se le pueden sacar dos lecturas no necesariamente contrapuestas. Es lógico que si las condiciones cambian a lo largo del tiempo el escenario difiere respecto al inicio y las expectativas deben reducirse. Una segunda consideración lleva a preguntarnos: ¿es tan difícil maquillar las cuentas empresariales y aparentar una situación que no se corresponde con la realidad?


Una reforma laboral de este calado necesita ir de la mano de medidas de estímulo económico, cosa que parece que no va a ser así. En Europa se ha instalado la palabra “austeridad” en el fondo neuronal de cada político, situación inversa a la estadounidense en donde las políticas de estímulo han salido a flote (resultado, reducción del desempleo). Si, por el contrario, la situación cambia y los dirigente europeos varían la forma de hacer las cosas y se logra estimular la economía, la reforma laboral será un instrumento que cree empleo a medio y largo plazo, ya que no solo se abarata el despido si no que el empresario tienen mayor facilidad para contratar vía bonificaciones. El problema es si esas contrataciones que depositan en el bolsillo de los empresarios una bonificación irán caminando al lado del despido de empleados que ronden la cincuentena. Es decir, si se contratarán trabajadores baratos para echar de la empresa a empleados con mas edad y eso sí, con una indemnización por despido más barata. El tiempo dirá si ese tipo de contratos van a ser satisfactorios o contraproducentes a nivel social.

Lo complicado es que las políticas cambien. Los países de la UE se enfrentan con la misma política a realidades socioeconómicas muy dispares. En España, el índice de desempleo es nefasto y necesitamos estimular la economía. Por el contrario, Alemania roza el pleno empleo y no tiene esa necesidad.

Un problema añadido que tiene España es que la estructura productiva del país está formada por empresas vinculadas al sector de la construcción. El sector está en una situación crítica mientras los edificios fantasmas crecen por los arcenes de las carreteras nacionales. La situación pide a gritos una vuelta de tuerca a la estructura productiva, una nueva orientación que pueda sentar las bases del futuro.

O se cambia el rumbo o en recesión/estancamiento, la reforma laboral será un chaparrón sobre unos trabajadores sin paraguas. 

Daniel Franco

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